Maniobra de Kristeller: Qué es y qué consecuencias puede tener… ¿Peligrosa?

La maniobra de Kristeller empezó a llevarse a cabo hace siglos por el ginecólogo Samuel Kristeller pero en la actualidad sabemos que es sinónimo de violencia obstétrica en muchas mujeres. La evolución y humanización en la asistencia a los partos ha restringido la práctica de la maniobra de Kristeller en gran medida, llegando a estar prohibida en algunos países.

¿Qué es la maniobra de Kristeller?

La maniobra de Kristeller consiste en ejercer presión sobre el fondo uterino de la mujer con la finalidad de facilitar la salida del bebé.

Esto se consigue al ejercer presión sobre el abdomen de la mujer con los antebrazos, las manos o los puños, aunque también se han descrito vivencias de partos donde el profesional que se encargaba de la maniobra se ha sentado encima del vientre de la madre. 

Lo que dice la evidencia científica

No existe apenas evidencia científica que permita concluir que la maniobra de Kristeller es efectiva para facilitar el parto, no obstante, sí podemos concluir que puede ser peligrosa y tener consecuencias adversas.

La Organización Mundial de la Salud y el Ministerio de Sanidad recomiendan que esta práctica no se realice dado que su efectividad no está demostrada.

Por otra parte, las guías NICE (National Institut for Health and Care Excellence), concluyen que en la asistencia al parto, lo más recomendable es el pujo espontáneo, ya que las maniobras que implican pujos dirigidos cada vez son más debatidas en ausencia de evidencias que apoyen sus beneficios.

Más allá de la evidencia científica, encontramos también la evidencia práctica, y es que la maniobra de Kristeller se sigue utilizando aún con demasiada frecuencia, dejándoles a muchas madres una experiencia de parto traumática, a pesar de que hace años que se desaconseja.

En otros países, como Reino Unido, la maniobra de Kristeller está prohibida, no pudiéndose realizar en ningún caso.

 ¿Cómo se hace exactamente?

La maniobra de Kristeller debería realizarse ejerciendo presión sobre el abdomen de la madre en dirección a la pelvis, concretamente a 30 o 40 grados hacia la pelvis. La presión ejercida debe ser de 80 a 90 mmHg pero esto es algo que únicamente se puede controlar con un cinturón inflable que permita conocer con exactitud la presión.

Lo cierto es que cuando esta práctica es llevada a cabo en un paritorio, estos parámetros no se controlan debidamente y tanto la dirección hacia la pelvis como la presión ejercida sobre el abdomen van a depender en gran medida del profesional que esté realizando la maniobra.

¿Cuándo se practica?

En base a todas las evidencias con las que se cuenta respecto a la relación beneficio-riesgo, la maniobra de Kristeller no debería realizarse en ningún caso.

Es más, dado el momento, si existe necesidad e indicación médica, es preferible un parto instrumentado (con fórceps o ventosas) que la maniobra de Kristeller debido a todos los riesgos que esta conlleva.

En la actualidad es una práctica desaconsejada, aunque como hemos visto la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia sigue permitiendo su uso siempre que se den ciertos requisitos.

La controversia que despierta la maniobra de Kristeller no se debe tanto a la evidencia científica o a lo que se recoge en las guías clínicas, sino en cómo es llevada a cabo de forma práctica.

La mujer debe ser informada en todo momento de cómo evoluciona su parto y las maniobras que se van a llevar a cabo en caso de ser necesario. Si la maniobra de Kristeller se practica, ésta debería quedar reflejada en la historia clínica del parto y así lo debe solicitar la mujer, aunque lo cierto es que los profesionales saben que es una práctica desaconsejada y es por este motivo que prácticamente nunca queda reflejada en la historia clínica. Esto resulta de gran importancia pues muchas mujeres han sido víctimas de violencia obstétrica y esta intervención no ha quedado reflejada de ninguna forma.

¿Quién debe realizarla?

Generalmente la maniobra de Kristeller la realiza la comadrona, aunque como ya sabes cada parto es único.

En cualquier caso es muy importante que esta maniobra la realice un especialista, ya sea la matrona o el ginecólogo.

Los riesgos que tiene si se realiza

La maniobra de Kristeller no está exenta de riesgos, ya que si se practica y al ejercer presión la fuerza es excesiva, puede dañar tanto a la madre como al bebé.

Para la madre

Cuando se realiza presión sobre el vientre de la madre, pueden verse dañados otros órganos y tejidos, como sucede con las costillas, que pueden llegar a fracturarse.

La musculatura perineal puede dañarse, lo que puede dar lugar a problemas de contención y prolapsos.

Debido a la presión al realizar la maniobra, ésta puede ocasionarle a la mujer rotura uterina, pudiendo ser necesario extirpar el útero para controlar la hemorragia.

El dolor abdominal y los hematomas también pueden estar presentes, haciendo que para algunas mujeres, la recuperación tras el parto sea lenta y dolorosa.

Para el bebé

La maniobra de Kristeller puede ser dañina para el bebé si se le fuerza a salir cuando aún no está preparado.

Pueden darse fracturas de clavícula, cráneo o húmero, ya que en ocasiones esta maniobra dificulta la salida del bebé.

La parálisis de Erb puede producirse si por ejemplo impacta el hombro del bebé contra el hueso del pubis, ya que también puede causarse daño sobre los nervios que irrigan el miembro afectado.

Es importante que cuentes con información basada en la evidencia científica y en la práctica para elaborar un plan de parto, ayudando a prevenir así que tus derechos sean vulnerados durante el parto. Si necesitas consejo o asesoramiento puedes visitar mi curso de preparación al parto: método maternidad 21.

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